El sol y el agua
Era hora de que el sol renunciara a bañar con su luz las aguas de la Molineta. Una incipiente primavera le obligaba a repartir los escasos rayos entre todos los lugares. Pero el sol, lejos de querer marchar tan pronto, dejó su sombra en forma de rayo de luz guardada en el agua. Es de mi admiración que el sol le guste mi tierra, sus lindes, sus aguas y caminos . Puesto que gusta de ellos y quiere estar más tiempo. No me extraña, a mí... también me gustaría quedarme más tiempo.